No sueltes nunca esa sonrisa de tu cara

La felicidad no es una meta, sino un estilo de vida. ¿Cuántas puertas dejamos de abrir por miedo a arriesgar?

Cada día, vienen hasta nosotros miles de oportunidades que rechazamos o aceptamos.

Todas ellas conllevan riesgos, y es por ello por lo que surge el miedo y la inseguridad.

Detrás de cada oportunidad, camino o puerta se esconde el destino, y creo que es bueno arriesgar, con ciertos límites, explorar lo desconocido, aprender lo lejano, soñar un futuro y aprender equivocándonos

Nunca tengas miedo de seguir adelante, pues si de verdad crees que ese es tu camino, habrás escogido probablemente bien. Sonríe, sigue adelante, abre más puertas, conoce lo desconocido.

Busca tu estilo de vida, tu felicidad y no dejes caer nunca esa sonrisa que ilumina tu cara.

Querer ver lo que no existe.

Querer ver lo que no existe, querer y no poder. Establecemos objetivos y metas a lo largo de nuestras vidas. Cada día nos levantamos pensando en avanzar paso paso y conseguir la victoria final.

Sin embargo, no todo es tan fácil, o ¿acaso no hay obstáculos, problemas y trampas a lo largo del camino?

Muchos de ellos, son difíciles de superar, somos incapaces de ver la luz al final del túnel.

Pero, sin darnos cuenta aprendemos de la vida; aprendemos que si tropezamos con un obstáculo, siempre tendremos alguien en quien apoyarnos y superarlo. 

Con esto quiero decir que, debemos aprovechar nuestros fallos y errores, para aprender de ellos, y a su vez continuar con nuestros objetivos, nuestro camino de la felicidad.

Al fin y al cabo lo que importa es seguir, no cuántas veces hayas caído o tropezado.