Sin embargo, no todo es tan fácil, o ¿acaso no hay obstáculos, problemas y trampas a lo largo del camino?
Muchos de ellos, son difíciles de superar, somos incapaces de ver la luz al final del túnel.
Pero, sin darnos cuenta aprendemos de la vida; aprendemos que si tropezamos con un obstáculo, siempre tendremos alguien en quien apoyarnos y superarlo.
Con esto quiero decir que, debemos aprovechar nuestros fallos y errores, para aprender de ellos, y a su vez continuar con nuestros objetivos, nuestro camino de la felicidad.
Al fin y al cabo lo que importa es seguir, no cuántas veces hayas caído o tropezado.
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